Restyling de marca: Cuando Levi’s dejó de llamarse Levi’s
Definir el branding – la gestión de la marca – de una empresa como su logo o imagen corporativa es quedarse un poco corto. En realidad, sería la totalidad de elementos y procesos por los que se llega a construir una marca, a planificarla, darle forma y en última instancia hacerla reconocible y mantener esa constante de prestigio y visión que ofrece de la empresa o del producto. Toda empresa tiene en esencia una marca, ya sea provocada a través de una estrategia y un plan de acción sobre la misma, o por propia inercia de existencia y evolución dentro del mercado. Lo importante en este sentido, más que tenerla, es de qué manera se llega a la creación de esa marca y por añadidura, cómo puede ayudar a la implantación de un producto o bien al crecimiento anual de la empresa que esté detrás de ella. Crear y consolidar una marca y, por ende, planificar y llevar a cabo un branding funcional y eficaz para la misma, es tarea ardua que se debe acometer después de estudiar varios entornos, tanto físicos como espirituales hasta captar los valores y esencia de la empresa para trasladarlos a una experiencia de usuario satisfactoria que culmine con un reconocimiento de la marca como signo de confianza y fiabilidad. RESTYLING DE MARCA Ya os hablamos hace unos meses de lo que es el branding, pero, ¿qué ocurre cuando hay que cambiar una marca? ¿Es negativo el rebranding? Según la experiencia de muchas empresas que se han visto obligadas a llevarlo a cabo, la respuesta sería NO. La exigencia de mantener la pregnancia de una marca, y por tanto, de fortalecer el branding que le da forma, obliga en muchas ocasiones a afrontar la transformación de una marca en pos de consolidar su status o bien de mejorar y actualizar su aspecto ante requerimientos del mercado o ante necesidades de consecución de una campaña en concreto. Muchos son los ejemplos que han provocado un restyling de marca. Siempre buscando mantener por un lado el carácter y filosofía que ya transmitía la imagen existente, pero reforzando la comunicación y manteniendo los valores inherentes de la marca. Llevarlo a cabo no es sólo una cuestión de diseño gráfico, de cambiar los elementos que conforman la marca en su aspecto visual y por tanto en la aplicación de todo el material corporativo. El estudio de un objetivo y un camino a seguir, es fundamental para que la transformación sea un éxito. Hay muchos casos a lo largo de la historia… RESTYLING DE MARCA: EL DÍA QUE LEVI’S DESAPARECIÓ DEL LOGO DE LEVI’S Pero en el caso de Levi’s, que es el ejemplo que queríamos resaltar, nos encontramos con una apuesta arriesgada, tanto, que no ha llegado a consumarse del todo, pero que marcó un punto de inflexión hacia lo que podría ser la evolución de su marca en un futuro próximo. Marcando un camino en el que la modernización de sus líneas, vayan más en consonancia con un mercado que no para de evolucionar, sobre todo, de digitalizarse. Levi’s Strauss es una empresa creada en 1853 y como todos saben, fabricante de los pantalones probablemente más usados del mundo (en el real y en la ficción del cine) y que ha hecho de su producto – los “vaqueros” – un buque insignia y de su marca (el lazo con forma de murciélago y las letras impresas en blanco) un icono distinguible a lo largo y ancho del mundo. Son muchos años componiendo un conjunto de valores y cualidades que alrededor de su logotipo (evolucionado desde aquella imagen de dos caballos de tiro tratando de rasgar unos pantalones) pero en ocasiones, a pesar la absoluta implantación de una marca, es necesario modificar o alterar el trabajo ya realizado. En 2012, la empresa californiana encargó a la agencia Turner Duckworth, especialistas en transformaciones de imagen, que atendiera la petición de modernizar de forma concisa y simple, la estética visual de su marca, rediseñando de nuevo su logo y provocando con ello un rebranding general de la compañía.