La necesidad de las ciudades y países de destacar dentro de un mercado global, como si de empresas se tratase es una realidad de nuestros días que las teorías de la comunicación vienen vaticinando hace años. El place branding es el plan de acción y su puesta en marcha los que generan esa imagen de marca.
No se trata de un concurso de popularidad sin más. En la era digital hiperconectada y con el flujo económico en constante cambio hacia una propuesta global de mercados abiertos y transoceánicos, la presencia de los países y ciudades en el imaginario popular es una herramienta de marketing político con el fin de convertirse en propuestas competitivas para inversores, turistas, atraer talento…
Conseguir esa imagen de marca reconocible y respetable que toda región necesita para obtener unos beneficios de publicidad y comunicación (zonas gastronómicas, oferta gastronómica, inversión en infraestructuras, etc…) se convierte así en un objetivo deseado por todos, pero difícil de conseguir si no se planifica en con sumo cuidado.
PLACE BRANDING A TRAVÉS DE LA EXPERIENCIA DE USUARIO
La marca ciudad no se puede conseguir únicamente mejorando estéticamente la identidad visual del sitio. Es necesario combinar esa imagen con un estudiado plan de marketing, integrando señalética, publicidad, valores, actividades, costumbres… es decir definir la visita a una ciudad de una experiencia única, totalmente reconocible y sobre todo “vendible”, pues de lo que se trata es, más que nunca, de que el turista vuelva, que la inversión llegue y que su presencia en los mercados sea constante.
Esto implica necesariamente a las personas. Sus sensaciones y emociones son las que conseguirán que el atractivo de una ciudad permanezca, por lo tanto definir la audiencia potencial y controlar la imagen de marca que se quiere transmitir es importante antes de empezar a colgar carteles por la ciudad.
PRINCIPIOS DEL PLACE BRANDING
La imagen de marca de una ciudad se fundamenta en cinco conceptos.
– Singularidad: La razón de ser del place branding es otorgar a una ciudad su carácter de singular, distinto a los demás. La oferta de la ciudad debe ser única. O parecerlo.
– Autenticidad: Identificar la identidad de la ciudad con el conjunto de valores que determinan su propia imagen, deben partir de las propias personas que conforman esa ciudad. Una imagen cuidada, es una imagen real.
– Recuerdo: Lo más importante es que la identidad y los valores que ofrezcan una ciudad sean recordados, deben permanecer para ser elementos diferenciadores con la oferta de otras ciudades.
– Inclusivo: Conseguir la atención de inversores, turistas y medios de comunicación no es solo tarea de los gobiernos. Debemos seguir una pirámide descendente siendo también partícipes las empresas, los ciudadanos y los propios mercados a los que se dirige.
– Identidad global: La imagen de marca de una ciudad no se basa únicamente en un logo o eslogan atractivos. La combinación acertada de eventos, actividades, acciones de marketing y estrategias de identificación de la ciudad con su puesta en valor deben ser organizadas y planificadas en conjunto.